miércoles, 27 de octubre de 2010

Explicación sobre el taller Cristianía 2010


A. Objetivos del Taller:

Olegario González de Cardedal
y Raimon Panikkar denominan Cristianía a la vivencia personalizada de la fe cristiana, a la “experiencia mística” que la sustenta. Diferencian así la Cristiandad (dimensión institucional y eclesial) del Cristianismo (dimensión teológica) y de la Cristianía (dimensión mística) dentro del fenómeno cristiano, siendo los tres necesarios en una vivencia cristiana plena.

El taller quiere centrarse en esa vivencia experiencial de la fe, en la experiencia personal de la mística cristiana y, a partir de ella, invitar a vivir su plenitud mediante el compromiso comunitario con los otros, viviendo esa fe con otr@s (asumiendo los gozos y compromisos de toda comunidad) y dando la mano a otr@s para recorrer este camino.


Como católicos romanos creemos que la experiencia cristiana sólo alcanza su plenitud cuando nos lleva a vivirla con otros en la Iglesia, confrontando nuestra experiencia con la experiencia comunitaria y aceptando la enseñanza y la guía de la comunidad, sin renunciar a nuestra personalidad ni sensibilidad peculiar, y haciendo nuestro el proyecto comunitario eclesial de modo plural y no uniformador.

Sabemos también que la “experiencia de cristianía” no sólo se da en el interior de la Iglesia, el “Espíritu sopla donde quiere” (Juan 3:8) y hoy hay muchos que viven experiencias de “Cristianía” sin sentirse en plena comunión con la Iglesia por diversas dificultades. Nuestro taller quiere abrirse también a ell@s, aprender con ell@s y, a la vez, ayudarnos mutuamente, en la medida que podamos, a crecer en la experiencia y en madurez humana y espiritual.

Por ello, nuestro taller, sin perder su identidad cristiana, y estando directamente dirigido a los cristianos que desean vivir de modo experiencial su fe, está abierto también a tod@s los que desean crecer en la experiencia espiritual y humana a partir de la experiencia de Cristianía, sin renunciar a su propia identidad no cristiana o no católica.

B. Características de nuestra Espiritualidad:


Como toda espiritualidad cristiana nuestra espiritualidad es Cristocéntrica, recorre el camino entablando una relación personal con Cristo, que pasa por fases diversas hasta abarcar al Cristo Total, a toda la Realidad (Dios, Hombre, Cosmos).

Nuestra espiritualidad también es netamente Trinitaria o Relacional; Dios es Unidad en la Pluralidad, Trinidad, Amor… y toda la realidad es reflejo de esta realidad de Dios, en especial, nuestra verdadera naturaleza que es imagen y semejanza de Dios, Amor y Libertad, como nos recuerdan los autores cistercienses.


Como toda espiritualidad cristiana nuestra espiritualidad culmina en el encuentro con los otros, en la comunión con los demás, en la comunidad y en el compromiso con nuestros hermanos, con todo y con todos.

La experiencia mística no podemos provocarla, es gratuita, si bien, sí podemos aprender a abrirnos a ella, por ello, toda mística necesita de una iniciación, de un aprendizaje de otros, debe recibirse de otros y aprenderse de ellos por ósmosis, más que por una enseñanza formal (que también es necesaria). Nuestra espiritualidad proviene de una tradición, la hemos recibido de la tradición monástica cristiana, en concreto la tradición monástica cisterciense, nacida en el siglo XII bajo el impulso de San Bernardo de Claraval, siendo la “primera mística moderna”, la primera mística humanista que pone a la persona en el centro de la realidad.

Seguir una tradición no supone inmovilismo sino “fidelidad creativa” al carisma, a la experiencia original, actualizándola en cada época de modo diverso y adecuado al momento. Hoy creemos que la mística debe abrirse a:


- L@s Laic@s: Todos estamos llamados a la mística, todos tenemos una dimensión monástica (R. Panikkar), hoy la mística no puede estar reservada a una minoría (los religiosos) sino abierta a tod@s (Karl Rahner: “En el siglo XXI el cristiano será místico o no será”).

- El Ecumenismo cristiano, interreligioso y humanista: Creemos que hoy la mística está “en peligro” en todas las tradiciones religiosas o humanistas, está en los márgenes y no en los centros de las tradiciones, por eso, las diversas tradiciones místicas deben apoyarse mutuamente y aprender unas de otras.
-
El Concilio Vaticano II abrió el camino del “ecumenismo ecuménico” (macroecumenismo, P. Casaldáliga) cuando nos dijo que “la iglesia no rechaza nada de lo que en estas religiones (las no cristianas) hay de verdadero y santo” (Nostra Aetae n.2) y en concreto, pidió que “consideren atentamente la forma de integrar en la vida religiosa cristiana las tradiciones ascéticas y contemplativas, cuya semilla había Dios puesto algunas veces en las antiguas culturas antes de la predicación del Evangelio” ( Ad Gentes Divinitus n. 18).

Nuestra espiritualidad, sin perder su identidad cristiana y cisterciense, ha entablado un aprendizaje mutuo con una escuela de zen japonesa, “sanzensha”, representada en España por el maestro zen Pedro Vidal, recuperando, a través del encuentro con ella, elementos de nuestra tradición que son revitalizados (atención al cuerpo, recuperación de la lectio divina a través de la metodología de los Koan japoneses, importancia de la relación de acompañamiento, del silencio,…). Queremos así ser fieles a lo que el Espíritu, por medio de la voz del Concilio ha sugerido.

C. Estructura del Taller:


c.1 Introducción.


El Taller es eminentemente práctico dado que su objetivo es favorecer y acompañar la experiencia mística cristiana (Cristianía) siguiendo el camino de la espiritualidad cisterciense, haciéndola accesible a tod@s.

En el taller aprendemos la metodología para integrar las diversas dimensiones que constituyen al ser humano según la antropología cisterciense (corporal, mental, espiritual y social), mediante el uso de diversos instrumentos que nos proporcionan las tradiciones monásticas (ejercicios corporales, “mapas del camino”, metodología con “koan” cristianos (lectio divina), meditación y contemplación, instrumentos para sanar las emociones (método antirrhético inspirado en Evagrio Póntico), diálogo empático…).

El taller no sólo quiere ser un lugar de meditación-oración sino de formación, para que los que participen de modo regular puedan, después de una formación adecuada y validada, ser ellos mismos formadores de talleres a otros, dar la mano a otros.

c.2 Metodología de trabajo

Trabajaremos de manera integral las cuatro dimensiones que la tradición monástica cisterciense ha establecido a través del simbolismo de los claustros monásticos:

- 1. La dimensión corporal con algunos ejercicios corporales.

- 2. La dimensión racional, bebiendo de las enseñanzas teológicas, antropológicas y espirituales de la tradición espiritual cristiana, cisterciense y humana.

-3. La dimensión contemplativa, con prácticas de meditación, realizadas de manera flexible y adaptadas a cada uno-a, y uso de “koan” cristianos (pasajes del Evangelio).

-4. La dimensión relacional, compartiendo de manera respetuosa y empática nuestra experiencia. La dimensión grupal da mayor fuerza a la experiencia. La experiencia culmina siempre dando la mano a otros.


D. Nuestra Fraternidad Cristianía (Fraternidad Cisterciense Católica Ecuménica):


Nuestra Fraternidad es por ahora un proyecto de vida monástica inserta en la ciudad que se siente vinculada al Monasterio Cisterciense de Santa María de Huerta y desea, tras un discernimiento, ser aceptada como fraternidad de laicos cistercienses asociados a Santa María de Huerta.

Nuestra principal misión en estos momentos es la misma vida de oración contemplativa y convivencia diaria en el seno de la fraternidad (localizada en la actualidad en un piso en Alcorcón) y la difusión y animación de estos talleres de espiritualidad que denominamos “Talleres de Cristianía”. Deseamos ir generando diversos medios de difusión de la espiritualidad en la cultura actual (artículos, conferencias, libros, música, artesanía…).


Nuestra fraternidad desea ser reconocida como asociación vinculada a la Iglesia Católica, es por tanto una asociación católica en proceso de ser reconocida, si bien con una vocación hacia la misión en el ámbito ecuménico. Por ello, está abierta a acoger en su seno a un grupo de hermanos y hermanas, que no se consideran católicos, y que desean vivir el carisma cisterciense sin perder su propia identidad.


Estos hermanos reconocen y promueven el carácter católico de nuestra fraternidad, así como su regulación según el derecho de la iglesia Católica Romana. Nosotros reconocemos y respetamos su identidad y garantizamos sus ámbitos de autonomía propios, sintiéndonos todos miembros de una misma fraternidad, si bien de modo diferente en cada caso (existiendo, de hecho, dos comunidades, católica y ecuménica, en comunión en una única Fraternidad según el modelo trinitario de “unión en la pluralidad”).


En la actualidad nuestra fraternidad está compuesta por cuatro miembros, dos católicos y dos anglicanos.

4 comentarios:

  1. Excelente iniciativa José Antonio. Todo nuestro apoyo y deseos unidos a la oración.
    Cuenta con hesiquía blog, podemos poner un post si me envías el texto que deseas poner y una imagen alusiva. Hasta ahora puse el link en la barra lateral.
    Te mando un abrazo invocando a Cristo.

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  2. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
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    bello
    blog
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    un
    ramillete
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    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION
    JOSE ANTONIO

    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA, TOQUE DE CANELA ,STAR WARS,

    José
    Ramón...

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  3. Santa Teresa decía que los místicos cristianos se imaginaban su camino hacia el éxtasis o experiencia de trascendencia como una escalera al cielo que se debía remontar paso a paso. Esta escala de la perfección, tenía tres estados principales; el primero se llamaba la vida purgativa, el segundo la vida iluminativa y el tercero la vida unitiva, que representaba el estado de la perfecta contemplación. La vida purgativa necesita lógicamente una autodisciplina o ascetismo, ya que requiere del aislamiento de las cosas de este mundo para interiorizarse y auscultarse, haciendo un examen de conciencia identificando nuestros defectos o rasgos negativos que son la causa de nuestros pecados, para extinguirlos practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos, hasta lograr el perfil de humanidad perfecta. Al iniciar nuestro conocimiento interior experimentamos psíquicamente vivencias perturbadoras a medida que profundizamos en la oscuridad de los laberintos de la mente, que nos obligan a asirnos fuertemente de la mano de Cristo para encontrar la salida. Hay ocasiones en que inesperadamente emerge el fenómeno espiritual de la transformación humana que da lugar a la extinción del ego viejo o muerte mística, mediante un doloroso proceso psíquico que nos lleva a deambular por la noche oscura donde no paramos de sufrir hasta eliminar todo apego, mordaza, dualismo, que nos impedían liberarnos de los viejos parámetros que condicionaban nuestra vieja forma de ser o automatismos previamente adquiridos que nos impulsaban inconscientemente, e impedían al ego nuevo renacer de sus cenizas, para dejar de sufrir creciendo espiritualmente hasta alcanzar la quietud de la mente en las turbulencias de la vida o paz interior antesala de la iluminación o vida iluminativa necesaria para experimentar psíquicamente las vivencias que nos dan la respuesta de nuestra estructura interna a nuestros cuestionamientos y problemáticas intensas. La vida unitiva o éxtasis místico, no sólo es la meta, sino el fruto sagrado de la disciplina remota necesaria para inducir el éxtasis místico, donde a través de nuestro espíritu experimentamos la común unión de todos los seres y todas las cosas existentes en el universo existencial, manifestado e in-manifestado. Intimidad abismal profunda que nos revela el contenido de los arcanos que dan respuesta a nuestros interrogantes existenciales, de la cual emergemos transformados con los rasgos de una personalidad empática integralmente relacionada con nuestro entorno existencial que nos impulsa a servir a los demás al experimentar en carne propia el dolor ajeno sin que podamos evitarlo. http://www.scribd.com/doc/46514959/EL-ARQUERO-MISTICO

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  4. He empezado a leer sobre el benedictino Padre Bede, ya muerto. Algo había leído sobre la espiritualidad cristiana que hay en la India, desde el siglo pasado. Lo que pasa es que mi posición dentro de la Iglesia quedaba fuera de la línea que intenta superar las particularidades del lenguaje dogmatico. Estaba en la renovación carismática, la cual se presenta a si misma como una espiritualidad mistica porque vive abierta a las expresiones de una acción del Espiritu en carismas, sean estos profecías, sanaciones, lenguas, todo con emocionalismo, un buen grado de fundamentalismo en la vivencia, desconfianza al estilo pentecostal que sataniza y desconfia de todo lo no cristiano, sea Yoga, Zen, etc.

    Anteriormente a vivir en la Iglesia pase desde mis 17 años hasta los 29 por ser un seguidor y practicante de hinduismo y al principio de budismo. Pero cuando me converti a cristiano desprecie desde mi régimen vegetariano, mis libros de espiritualidad oriental y cerre ese capitulo como lo hace Pablo cuando considera basura todo su saber judío al lado del conocimiento de Cristo. Y considero que sigue teniendo valor ese abandono de todo lo que no sea Cristo, aun cuando hoy vuelva a apreciar la espiritualidad hindu, porque no deja de ser dejar todo y fiarse del Señor.

    En este momento, valorando lo que de bueno tienen los grupos de oración de alabanza carismáticos, también sus deficiencias, me decanto por la espiritualidad abierta a algo que esta mucho menos localizado, digerido, como es esas concepciones fundamentalistas cristianas que hacen de la confesión de la fe en Jesús un fin en si mismo, aunque siempre haya un proceso de santificación. Pero aspiro a una mistica mas universal, mas supercultural menos limitada por una concepción precientifica, que espera por ejemplo la Parusia literal, en lugar de ver en el fin del mundo, la venida de esa transformación del hombre en el otro Cristo que es el que nos lleva el Espiritu Santo.

    Me ha influido últimamente mucho la apertura a una concepción antropológica tanto mas amplia cuanto me he dado cuenta que la visión geocéntrica, donde el único marco de realidad empieza y acaba en la Tierra, con esos tres tiempos que tomados literalmente quedamos fuera de toda visión moderna. Y entender que la Tierra es el lugar de una humanidad, que no desdice del valor del proceso cristiano, pero que no puede negar el que Dios se haya expresado en tantas otra humanidades, en otros planetas, galaxias, dimensiones, universos, y que se yo. Que Dios resulta mucho mas grande que lo que me pensaba cuando era muy ortodoxo. Y que a su vez es tan detallista que sabe de mi y tiene mis pelos contados, mi corazón lo conoce.

    Espero saber de vosotros, con cariño en el Señor.

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